Salud mental en el trabajo: Estrategias para encontrar el equilibrio
Llega una época del año que la mente y el cuerpo piden un descanso. A veces se manifiesta en los últimos meses del año, pero también en semanas donde la oficina queda casi vacía y la carga laboral la suele experimentar la persona que no se pidió vacaciones. Te contamos como pasar ese tiempo de incertidumbre.
Entre enero y marzo las personas se toman un descanso laboral, pero qué sucede cuando ese descanso llega en meses posteriores, por antigüedad o elección. Si bien los pedidos suelen disminuir, la empresa sigue su curso y las responsabilidades podrían duplicarse. Cubrir en tareas laborales a un compañero o compañera es algo normal dentro de la estructura empresarial, pero sumado al cansancio del año, ese extra de responsabilidad podría perjudicar a nivel laboral y personal.
Lo primero que se podría hacer es armar un listado de tareas y objetivos del día, más allá de los dispuestos por la empresa. Siempre teniendo en cuenta la carga horaria de cada una para no recargar la jornada. Mantener un ritmo de trabajo es bueno, pero los descansos también son importantes. Si se realiza el trabajo de dos personas el descanso podría ser doble, tal vez dosificándolo en micro-descansos que pueden ser: tomar una taza de té o café, pararse de la silla para estirarse, leer una hoja de algún libro, escuchar una canción. Son pequeñas acciones que duran algunos minutos pero que va a permitir volver a concentrarse en el trabajo y aumentar la productividad.
El uso de celulares y redes sociales no está del todo recomendado, la dependencia que genera este tipo de actividades podría dispersar la mente más tiempo y quitar momentos de trabajo que servirán para cumplir los objetivos y no sobrecargarse al final de la jornada. Los descansos reducidos se podrán realizar cuando se considere, tal vez cada cuarenta minutos o una hora.
Las emociones existen y son importantes a la hora de trabajar, sin embargo, es bueno tener en cuenta que podrían afectar a la productividad y la forma de comunicarse con las personas dentro del ambiente laboral. Saber separar la vida profesional y la vida personal es una práctica que suele resultar difícil, porque se trata de una sola persona con dos parámetros, pero resulta positivo cuando se logra.
Llevar al trabajo fotografías o frases inspiradoras ayuda a calmar la intensidad y la ansiedad laboral. También elegir una taza que tenga relación a un objetivo o el uso de aromaterapia, previo consenso con el grupo que comparte la oficina, podría aumentar la productividad y sentir satisfacción al terminar la jornada.
La salud mental existe y es importante cuidarla. Realizando pequeñas acciones se podrá esperar, de una mejor manera, las ansiadas vacaciones. Mientras tanto, pequeños descansos y elementos ayudarán a resetear la mente, al menos algunas horas más.