Desigualdad económica. Sociedad y género.

Desigualdad económica. Sociedad y género.

En la sociedad mundial, la desigualdad económica se encuentra en la agenda de empresas que quieren generar un cambio. Tanto en desigualdad social como de género, cuáles son las claves para revertir la situación y cómo trabajan los países que son potencia en estos temas.

 

La desigualdad existe desde el inicio de la humanidad, se podría decir que los antiguos pobladores de este mundo utilizaban a los más débiles para ubicarlos en el escalafón más bajo de la pirámide social. En la actualidad podría suceder algo similar con respecto a la economía y la desigualdad del ingreso económico

 

Las oportunidades académicas y laborales marcan el terreno de la economía, las personas con mayor acceso a estudios superiores podrían conseguir un mejor trabajo, en consecuencia un mejor ingreso. En esta desigualdad social hay dos factores, el estudio y la vida laboral. Si bien se acortó la brecha de la desigualdad de género con respecto al ingreso económico, todavía existen países que presentan una distancia salarial según clase y género. 

 

Según el Banco Mundial, la igualdad económica de género tiene relación directa con el fin de la violencia que sufren muchas mujeres en diferentes ámbitos. En Septiembre de 2023, presentó un documento llamado “Estrategia de género 2024-2030” para acelerar la igualdad y la inclusión. Propone centrarse en la innovación, el financiamiento y la acción colectiva para ampliar el capital humano y las oportunidades económicas que ubica a las mujeres como líderes.

 

La pobreza es un tema que afecta a la gran mayoría de los países. Según el Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos es el país con mejor estabilidad económica, seguido por China y Japón. Se consideran que estos países tienen tres factores importantes: 

 

  • Un mercado laboral fuerte;
  • Trabajos flexibles que se adecúan a distintas necesidades;
  • Independencia energética y políticas de sustentabilidad.

 

Para combatir la desigualdad, se necesitan políticas fuertes e integrales que promuevan cambios significativos, es decir, leyes que actúen directamente contra la desigualdad en todas sus formas. Al trabajar en conjunto se comienza a reducir la brecha y se empieza a construir una sociedad más justa, inclusiva y equitativa para todos.