Emociones en el ámbito laboral. Gestión de emociones

Emociones en el ámbito laboral. Gestión de emociones

Las emociones pueden provocar reacciones positivas o negativas. Si bien las emociones no pueden evitarse en la mayoría de los casos, se pueden gestionar. Negociar con las emociones es fundamental para crear un ambiente saludable y productivo.

 

El entorno donde se desarrollan las personas puede presentar inestabilidad y generar diferentes sentimientos que podrían afectar en la vida privada y laboral. El mundo VUCA es un acrónimo que describe las características de este proceso de cambio. Como sus siglas en inglés indican: Volatility (volatilidad), Uncertainty (incertidumbre), Complexity (complejidad) y Ambiguity (ambigüedad) cada una afecta de alguna manera dentro del mundo empresarial, y personal.

 

Volatilidad: se refiere a la rapidez de los cambios en el entorno donde se desarrollan las personas. Estos cambios pueden afectar las emociones y las decisiones. 

 

Incertidumbre: en un mundo donde lo incierto es lo cotidiano, las empresas y las personas no pueden predecir el futuro cercano debido a la inestabilidad y la volatilidad del ambiente que los rodea. Esto dificulta la planificación a mediano plazo. 

 

Complejidad: el entorno personal y corporativo está sujeto a cambios constantes, la complejidad aumenta a medida que la globalización avanza. 

 

Ambigüedad: este punto refiere a la falta de claridad sobre un panorama general. Las decisiones suelen ser más difíciles de tomar. 

 

En el Webinar sobre gestión de emociones organizado por Espacio Conexión, su oradora, Natalia Heredia, comentó la importancia de la inteligencia emocional en la vida personal y laboral. Citando a Salovery y Mayer, la inteligencia emocional es “una forma de inteligencia social que implica la capacidad de monitorear los sentimientos y emociones propios y de los demás, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar el propio pensamiento y acción”. También agrega, en el marco del webinar, las emociones no son buenas ni malas, son adaptativas. Reconociendo las mismas se podría evaluar qué hacer con ellas.

 

Tipos de emociones

 

Felicidad: nos da energía y permite distinguir qué nos agrada

 

Miedo: es el anticipo a situaciones peligrosas

 

Sorpresa: nos da mayor concentración ante cambios del ambiente

 

Tristeza: se trata de asimilar situaciones negativas y pedir ayuda a otros

 

Enojo: cuando una persona se defiende de agresiones podría surgir este sentimiento

 

Asco: se relaciona a escapar, o evitar, situaciones desagradables o dañinas.

 

Cada una de las emociones, manifestadas anteriormente, tienen subgrupos, esto produce una variedad amplia de sentimientos que pueden provocar los diferentes entornos y escenarios sociales. 

 

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